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¿Cómo es el mejor lugar del mundo para trabajar?

En una empresa donde existe un buen ambiente laboral, se trabaja en equipo, los colaboradores se ayudan y colaboran en la consecución de los objetivos de la organización de una manera sana, una persona gris y tóxica no tiene cabida, ya que sus críticas serán baldías al no encontrar eco.

¿Es posible cambiar un ambiente tóxico en una empresa, donde los trabajadores están desmotivados y su único aliciente para ir a trabajar es la nómina que se percibe?

El mejor lugar del mundo para trabajar puede ser el lugar de trabajo de un autónomo, donde escribe un escritor, una pequeña Pyme o una gran empresa, pero es un buen lugar para trabajar porque una o varias personas han decidido esforzarse en hacer del lugar donde trabajan un buen lugar para trabajar.

Para convertir tu lugar de trabajo en la mejor empresa del mundo puedes seguir estos consejos:

Ayuda, enseña y aprende

Siempre hay algo que aprender y algo que enseñar. Los conocimientos cambian, la forma de ver el mundo cambia, las personas con experiencia tienen mucho que enseñar, pero también mucho que aprender, por ejemplo, en nuevas tecnologías en las que la gente más joven puede estar más al día.

Enseñar nuestros conocimientos no debería ser un motivo de preocupación, podemos pensar que seremos más prescindibles, que una vez transmitamos parte de nuestra experiencia la empresa puede prescindir de nosotros, pero si la empresa es así, no será un lugar feliz para trabajar. El resto de los colaboradores tomarán buena nota y se convertirá en un territorio hostil en el que prevalecerá la lucha por la supervivencia.

Saluda, despídete y sonríe

A alguna gente le cuesta hacer cosas tan sencillas como dar los buenos días y despedirse. Llegan a la empresa de mal humor, sin mirar a los compañeros, sin saludarlos y se marchan de la misma manera. Otros son más selectivos y saludan a unos sí y a otros no, otros saludan y no son contestados. No es algo tan complicado, se puede practicar frente a un espejo y es gratis, puede leer lo siguiente en voz alta para practicar: buenos días, hasta mañana, que tengas un buen fin de semana, disfruta de tus vacaciones.

Celebra los éxitos en equipo y si no tienes colaboradores, celébralos con la familia o los amigos

Un nuevo cliente, un ahorro de impuestos, el cumplimiento de los objetivos o el cumpleaños. Llevar un bizcocho a la oficina o unos bombones, un momento de relax, una pequeña celebración, son pequeños momentos que, lejos de suponer una pérdida de tiempo, cohesionan a un equipo y hacen del lugar de trabajo un lugar agradable donde, además del trabajo, se comparten éxitos y celebraciones.

No critiques, si tienes algo que decir díselo a quien corresponda de manera constructiva

Corrillos que se silencian cuando pasa alguien, la crítica despedida, empresas que se convierten en reality shows en las que en lugar de ir a trabajar lo importante es ver si despiden a alguien, conspirar por conspirar, llevarse mal con los compañeros por cualquier pequeñez. No te hagas ese daño, no critiques, céntrate en tu trabajo y contribuye con tu opinión si crees que puede aportar valor a cualquier decisión o proceso dentro de la empresa.

Céntrate en tu círculo de influencia

Las personas proactivas centran siempre sus esfuerzos en el círculo de influencia, se dedican a construir, se marcan objetivos de mejoras, centrándose en las cosas sobre las que pueden actuar, las que dependen de ellos, las que se encuentran dentro de su ámbito de influencia, de manera que consiguen ampliarlo. Pero en el otro extremo se sitúan las personas tóxicas, reactivas y grises, que centran sus esfuerzos en buscar los defectos de los demás, obviamente están insatisfechas con su trabajo atribuyendo la causa de su desgracia a sus compañeros, jefes, clientes, proveedores. Centran sus energías en aquello sobre lo que no tienen control, su energía es negativa y reactiva, desatendiendo y haciendo que se «encoja» su círculo de influencia.

Nuestra actitud marca la diferencia No podemos controlar muchas de las cosas que nos suceden, pero sí la respuesta que damos a lo que nos acontece. Podemos dejarnos llevar por la resignación o el desánimo cuando surge un problema o podemos intentar superarlo. Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. La resiliencia es la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas; procuremos adaptarnos a estas situaciones de manera positiva en lugar de dejar que la tristeza y el desánimo se apoderen de nosotros. Procura contagiar alegría y entusiasmo, y déjate contagiar, rodéate de quien te aporte alegría.

Tomado de: https://www.laboral-social.com/siete-consejos-que-puedes-seguir-para-hacer-tu-empresa-mejor-lugar-mundo-para-trabajar.html

Olga Orozco Alfaro – Asistente Administrativa en BSolutions Group

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