Cuando hablamos de cultura organizacional lo hacemos de aspectos propios que la definen, no solo la estructura de una empresa, sino todos los elementos conductuales que se llevan a cabo durante el día a día, en cada una de las semanas, durante todo el año.

Para ello es importante recordar que la conducta de las personas es cambiante, la manifestación de los sentimientos es fluctuante y las dimensiones del mercado, según lo aprendido en los últimos años de pandemia, impredecibles. De ahí que se deban registrar aspectos durante un período de tiempo para poder hacer una impresión, lo más cercana a la realidad posible, de esa cultura por que se trata de datos, su análisis y su interpretación.

Hay al menos tres aspectos en los que podemos indagar cuando hablamos de cultura organizacional: seguridad, vulnerabilidad y propósito. Cada uno de ellos nos ayudan a enmarcar las conductas, a ver las consecuencias de las decisiones y proyectar el trabajo por realizar. Veamos rápidamente cada uno de ellos.

Cuando hablamos de seguridad nos referimos a esa confianza que las personas colaboradoras tienen con su organización y que descubren poco a poco; ese descubrimiento les lleva a sentirse parte, a pertenecer. Nace y se desarrolla lo que conocemos como sentimiento de pertenencia. Como tal es una percepción, por lo tanto las personas que lideran las organizaciones deben ser capaces de proporcionar esa seguridad, para que esa variable se transforme en lealtad, motivación, compañerismo, solidaridad y rendimiento.

La vulnerabilidad es ese aspecto que nos hace a todos necesitar de los demás. Saber que requerimos de otros para llevar a cabo de una manera más eficiente y eficaz las tareas, es un aspecto importantísimo que permite la evolución positiva de las relaciones interpersonales, el alto desempeño de los equipos de trabajo, la comprensión por la limitación de los otros y la propia, así como la solidaridad.

Independientemente de las metas organizacionales, cuando se tiene un propósito individual y grupal ayuda a desarrollar la excelencia, potencia la creatividad y hace aparecer la innovación. Entre más grupal sea este aspecto, mayor serán los logros que se puedan alcanzar y visualizar.

Estos tres aspectos nos ayudarán como guía para la observación de las conductas, para el registro de los datos, para su análisis, para las conclusiones y con ello, lograr tomar decisiones para continuar en el ciclo donde fluye la cultura y no al azar, si no algo ya planificado.

Dr. Adolfo Sibaja Herrera
Psicólogo – AyM Consultores